Manual De Emergencia.

A veces es necesario irte, escapar, alejarte de todo aquello que ya no te llena, de todo lo que  ya no te hace feliz. Yo siempre he tenido la necesidad de tener un plan B de huida rápida.

Normalmente solía ser a cualquier lugar del mundo donde pudiese ser yo, donde pudiera empezar de cero, donde mi pasado no pudiese marcar mi presente, donde el dolor lo recordaría como superación no como si me abrieran todas las heridas de nuevo como una  nueva forma mas de herirme. Jamás lo admití, pero antes de que tú aparecieras era como si me estuviese ahogando, como si me faltase el aire en los pulmones, como si no estuviera viviendo, si no sobreviviendo, y a veces pienso que ni eso. Todo me recordaba a quien fui una vez y yo no quería ser más esa persona. Todos los caminos me llevaban al mismo sitio, hasta que apareciste y algo cambio. Te llevaste mis dudas, mis miedos, mis inseguridades, mi dolor, mis ganas de huir, todo. Te llevaste todo lo que me dolía, todo lo que quería olvidar.  Despertaste algo en mi en el momento en el que me miraste. Ahí , justo entonces me sentí distinta de como otras personas me habían hecho sentirme hasta ese momento. Besarte a ti era diferente, jamás había sentido tanto en un beso que duro apenas unos segundos. Todos piensan que te quiero o que te quise por que si, porque eras un chico guapo más del que me había pillado, todos ellos se equivocan. Te quise por lo que me hacías sentir, por la forma en la que mirabas, por la forma en la que me cambiabas el mundo sin darte cuenta, por hacerme querer ser mejor persona gracias a ti, para yo que sé, para superarme. Por decirme que jamás habías conocido a alguien así, con tantas ganas de vivir , de querer intensamente, de dejarse llevar sin miedo a lo que pudiese pasar. Todo eso me enamoro. Una vez me dijiste que era un bache y que yo podía superar eso y más, y sí, lo hice.

No considero error a algo por lo que un día sonreíste y te hizo más que feliz.